Cada plato es un ladrillo que contribuye a construir el futuro.
Apoyamos a las comunidades afectadas por el terremoto del centro de Italia
ofreciéndoles una ayuda concreta para la reconstrucción de las estructuras escolares.
Una Amatriciana para Reconstruir
Los resultados
- Niños beneficiarios
- m2Dimensiones de la escuela reconstruida
- Platos de amatriciana servidos
- Donaciones individuales
En colaboración con: Fondazione Francesca Rava NPH Onlus
EL DESAFÍO: volver a la normalidad lo antes posible después de la emergencia
A las 3:36 de la madrugada del 24 de agosto de 2016 un terremoto de magnitud 6.0 arrasó pueblos enteros del centro de Italia.
Algunas localidades fueron literalmente echadas abajo y el recuento de los daños en todo el territorio fue altísimo: se destruyeron viviendas e infraestructuras públicas. Pero lo más grave fue que cientos de personas perdieron la vida.
La emergencia recibió una respuesta rápida y oportuna desde el primer momento, con ayudas y donaciones procedentes de todo el mundo. Una movilización colectiva que hizo cuanto pudo por dar el apoyo necesario a la población afectada y a los más de 4000 evacuados.
Solo dos meses después, el 30 de octubre de 2016, la comunidad recibió un nuevo golpe con un temblor de magnitud 6,5, el más fuerte en Italia en los últimos 30 años. Esta vez la zona más afectada fue la de Norcia y, aunque no hubo que lamentar víctimas mortales, causó daños enormes en el patrimonio artístico y en las viviendas, haciendo que muchas escuelas fueran impracticables.
El desafío para todos los habitantes de esta tierra atormentada es la lenta vuelta a la normalidad. Una condición que requiere una contribución rápida y específica durante la emergencia, pero que sobre todo requiere un soporte y planificación a largo plazo.
Para esto es importante el compromiso de no concentrar las ayudas exclusivamente en los primeros días, sino apoyar el trabajo de reconstrucción con acciones programadas y duraderas.
OBJETIVOS: proporcionar una ayuda específica para el futuro, empezando por los niños
El objetivo del proyecto es dar apoyo a las comunidades afectadas por el terremoto apoyándolas en la reconstrucción.
Una actividad que se puso en marcha en las horas que siguieron a la emergencia, y que se centró en las intervenciones específicas a largo plazo, concretamente en la construcción de la escuela infantil de Norcia, un área especialmente devastada por el terremoto.
NUESTRO PROYECTO: una competición solidaria para reconstruir la escuela infantil
Una amatriciana para reconstruir es la respuesta sencilla e inmediata a una grave situación de emergencia, puesta en marcha con la decisiva contribución de Costa Crociere y la coordinación de Costa Crociere Foundation.
La idea nace de la ciudad de Amatrice, epicentro del terremoto y patria de un famosísimo plato típico italiano.
La pasta a la amatriciana se ha convertido en el hilo conductor solidario: por cada plato servido en los restaurantes de los barcos y pedido por los huéspedes, Costa Crociere donó un euro.
Y muchas de las personas que contribuyeron a la causa pidiendo un plato quisieron ir más allá e hicieron donaciones que se sumaron a las del personal de tierra y el de abordo. El resultado fue que se recogió una importante suma que se destinó a las comunidades más afectadas por el seísmo.
Una mesa de trabajo coordinada por el grupo de trabajo Missione Scuola de la Presidencia del Consejo de ministros, en colaboración con Protección civil, el MIUR y el Ayuntamiento de Norcia, además de la Fundación Rava, definió una serie de prioridades necesarias para garantizar el regreso de los niños a las aulas lo antes posible.
La decisión de cómo emplear las donaciones recogidas se centró en una de las prioridades localizadas, apoyando la reconstrucción de la escuela infantil de Norcia, inaugurada el 9 de mayo de 2017 y que se devolvió a los 125 niños que finalmente se reencontraron con un lugar donde estudiar, jugar y crecer con serenidad.
La inauguración de la escuela, una estructura moderna y antisísmica con instalaciones energéticas y calefacción con un impacto ambiental reducido, de acuerdo con la idea de desarrollo sostenible de Costa Crociere, se celebró por todo lo alto en la ciudad umbra.
Un evento emocionante tanto para los niños como para toda la comunidad, que alternó momentos institucionales, como el de cortar la cinta o el de dedicar el nombre de una de las aulas a Costa Crociere, con momentos de espectáculo y diversión ofrecidos por el equipo de animadores de los barcos Costa, y que contó con la presencia de una invitada de excepción muy querida por los pequeños: Peppa Pig.
Con la apertura de la nueva escuela se completó una obra de reconstrucción con un gran valor simbólico, que traduce concretamente la gran generosidad de los huéspedes de los barcos Costa Crociere y la particular sensibilidad que han siempre demostrado al apoyar a quien lo necesita.